¿Por qué sentimos nostalgia? 5 consejos no dejarse llevar por ella
¿Sabías que la palabra nostalgia tiene fecha de nacimiento? Muy pocas palabras la tienen, pero esta, fue creada en 1688 por un médico. Si te acompaña en el inicio del otoño como a muchos/as de nosotros, sigue leyendo y te explicamos cómo sobrellevarla de la mejor manera.
Fue concretamente Johannes Hofer, un joven de 19 años quien, un 22 de junio de 1688, presentó su tésis preliminar en la Universidad de Medicina de Basilea con el título «Dissertatio medica de nostalgia oder Heimweh«. Esta fue la primera vez que aparecía este término originario del griego: «nostos» (regreso); «álgos» (dolor).
Hoffer utilizó el término de «nostalgia» para referise a una enfermedad o una tristeza sufrida por los soldados y provocada por el desarraigo a la patria.
Pero su connotación adquirió, desde el principio un aspecto positivo.
Sentir nostalgia era un sentimiento honorable.
Y sentir nostalgia por algo, indicaba que ese algo merecía la pena.
¿Pero qué es exactamente la nostalgia?
Según la RAE «pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos» y también «tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida».
El significado no ha variado mucho con respecto al que le atribuyó Hoffer en su tesis. Ya no se considera enfermedad. Y no solo se siente por la patria, sino que ahora se siente por algo que ya no tenemos o por tiempos que ya no volverán.
Pero sigue siendo un sentimiento dulce y positivo… siempre que no nos dejemos llevar por ella (como te explicamos a continuación).
Beneficios de sentir nostalgia
Tal y como comprobó el psicólogo Constantine Sedikides en una serie de estudios publicados en el Journal of Personality and Social Psicology en 2006, la nostalgia no es una debilidad, sino «un recurso para dar significado» y algo vital para la salud mental.
De hecho, en estas investigaciones se concluyó que la nostalgia es positiva y a través de ella resolvemos situaciones conflictivas en el presente. «La nostagia puede actuar como un recurso al cual recurrimos para conectarnos con otras personas o eventos, para poder avanzar con menos miedo y objetivos más claros» en nuestro presente.
Según los estudios de Sedikides, «la nostalgia actúa como un almacén de emociones positivas en la memoria, al cual podemos acceder conscientemente para reforzar nuestras emociones. Estos profundos sentimientos sobre el pasado, nos ayuda a afrontar mejor el futuro».
¿Pero es siempre positiva la nostalgia?
Según explicó Svetlana Boym, en su libro «El futuro de la nostalgia», hay dos tipos de nostaliga:
- La restauradora, que es con la que intentamos volver al pasado, donde nos sentíamos mejor, y que por lo tanto es negativa. ¡Nadie puede voler al pasado!
- La reflexiva, la más saludable. Ya que nos hace volver al pasado de vez en cuando pero hanciéndonos ver que lo importante es el aquí y el ahora.
Si nos dejamos llevar por el segundo tipo de nostalgia, la reflexiva, podremos utilizar este sentimiento para preparnos emocionalmente ante situaciones similares a las vividas pudiéndolas afrontar mejor, con más seguridad y aportando soluciones más creativas.
Pero es cuando nos dejamos llevar por la nostalgia restauradora cuando podemos tener problemas.
Cuando nostascamos en ese «pasado mejor» es cuando no podemos avanzar en nuestro presente, y nos empeñamos en recuperar esa época en la que éramos más felices.
Si estás en ese punto, para. Para de pensar que cualquier momento pasado fue mejor. Y sobre todo, deja de pensar que tu presente no puede ser igual de bueno.
5 tips que nos ayudan a huir de la nostalgia restauradora
1. Recuerda
Pero hazlo positiva y reflexivamente. Para cambiar lo que no te gusta de ahora y seguir adelante. Y ten en cuenta una cosa.
Tú manejas tus pensamientos.
Tú decides qué pensar.
El cerebro tiende a ver antes lo negativo que lo positivo… esfuérzate por ver todo lo positivo que tienes ahora.
2. Sal de la rutina
Y haz cosas diferentes que te hagan sentir mejor. Empieza poco a poco, con pequeños cambios.
Cambiar la rutina es un aprendizaje… con el tiempo, esos cambios te saldrán solos.
Intenta darle a tus días algún giro para que no sean siempre iguales. Cambia el camino al trabajo, desayuna diferente, o en un lugar distinto… vete en tren en vez de en autobús, o andando en vez de en coche… ¡sal de tu zona de confort!
3. Disfruta de tiempo para ti y del ocio
No solo es trabajar y obligaciones. Reservate media hora al día para ti. Para mimarte, cuidarte y sentirte bien.
Y si te encuentras en un momento muy nostálgico, quedarte en casa no te ayudará. Sal con tus amigos o familia, haz planes que te gusten, haz deporte, conoce gente nueva. ¡Cuidate mucho y despeja tu mente!
4. Haz deporte
El deporte es bueno para tu salud y para tu mente. Te ayuda no solo a cargar las pilas, sino a liberar tensiones, dejar de pensar cuando es necesario y aprender a pensar con claridad.
5. Habla de cómo te sientes
Desahógate. Habla con tus amigos/as y familia. Exteriorizar las cosas ayudan a tu cerebro a gestionarlas mejor. Y puntos de vistas diferentes te harán ver que no solo hay una forma de ver las cosas y que muchas veces, nuestras formas de interprentar las situaciones no son las mejores, ni las únicas. Abre tu mente.
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