Lava bien las mandarinas, ralla la piel y haz el zumo. Pela el jengibre y pon en un bol los tres elementos. Después, añade la leche (excepto un vaso) y caliéntalo a temperatura media-alta.
Pon las yemas de huevo en un bol y añade el azúcar. Bate hasta que se integre, pero sin llegar a espumar. Vierte la maicena y mezcla bien.
Cuece a fuego lento sin parar de remover, hasta que espese un poco.
Déjalas enfriar a temperatura ambiente, para luego meterlas en la nevera tapadas con film transparente.
[…] Natillas de vainilla […]