Primero hay que hacer el marinado. Para ello, debes limpiar el limón y pelar la cáscara para trocearla. Échalo en un bol junto al resto de ingredientes para el marinado y un poco de sal.
Pon en pollo en dicho bol y extiende bien el marinado por todo el pollo. Mételo en la nevera durante toda la noche o durante dos horas para que el pollo se impregne del sabor del marinado.
Precalienta el horno a unos 200ºC.
Pela las remolachas y córtalas en trozos pequeños, igual que las cebollas. Vierte todo en la fuente del horno junto con un chorro de aceite de oliva y una pizca de sal.
Pon el pollo encima, con la piel hacia arriba. Sazónalo bien y déjalo en el horno durante unos 45 minutos hasta dorarse.
Al mismo tiempo, hierve la espelta. Cocina durante 20 minutos, escurre y déjala a un lado.
Trocea los aguacates. Cocínalos en una plancha (durante unos minutos, para darles un toque ahumado.
Después, echa los trozos de aguacate en el bol con el marinado y déjalos unos minutos para que se impregnen de su sabor.
Vierte el marinado restante en una cazuela hasta que hierva, y cocina durante unos 2-3 minutos más hasta que tenga una apariencia de glaseado «pegajoso».
Saca la bandeja del horno y coloca el pollo en un recipiente.
Echa la espelta sobre la fuente y vuelve entonces a poner el pollo encima. Añade los trozos de aguacate alrededor y vierte el marinado glaseado sobre el pollo.
Vuelve a introducir la bandeja en el horno y cocina durante otros 5-10 minutos. Asegúrate de que el pollo está bien hecho.
Saca el pollo a un recipiente, y mete de nuevo la bandeja en el horno solo con las verduras, hasta que el aguacate esté suave.
Sirve todo junto y, ya en el plato, añade unos berros o canónigos por encima.
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