Cómo ponerte morena de forma rápida y sin riesgos
Los días de piscina y playa están a la vuelta de la esquina y las ganas de una piel morena llegan con fuerza. Exponerse al sol conlleva algunos riesgos si se hace sin precaución (eso ya lo sabemos). Por eso te vamos a explicar cómo ponerte morena de forma rápida y sencilla sin que tu piel corra ningún riesgo.
Si realizas bien la exposición al sol: aportarás la vitamina D a tu cuerpo tan necesaria, mejorará tu estado de ánimo y estimulará el sistema inmunológico. Pero para ello tienes que seguir unas directrices sencillas. No sólo basta con la protección solar.
Aquí te mostramos la forma de ponerte morena de forma rápida y sin riesgos.
Come bien
Es imprescindible una buena alimentación para conseguir un buen bronceado. Los alimentos idóneos para esto son: las frutas y las verduras. Algunos de estos alimentos como la zanahoria, nueces, melón, brócoli, tomate, naranjas, kiwis… que tienen un alto contenido en vitamina C favorecen el bronceado.
Estos alimentos producen melanina. Que sirve como protección natural frente al sol y ayuda a dotar de distinto color a la piel y el cabello debido a su mecanismo de protección. Una persona con una buena capacidad de melanina consigue ponerse morena de forma más rápida.
La luz solar también te ayuda a combatir el insomnio. Esto se debe a que el ciclo solar regula nuestro reloj biológico y los estados de sueño.
Por supuesto, siempre es necesario el uso de protección solar SPF+50 cuando se va a hacer una exposición prolongada al sol y evitar, las horas centrales del día.
Protege tu cabeza y tus ojos
No hay que olvidar que el sol no sólo afecta a la piel. También puede provocar daños en la cabeza y los ojos. Por eso si vas a estar al sol, puedes optar por ponerte una gorra o sombrero para evitar insolaciones y malestar.
En el caso de los ojos ocurre igual. Puedes quemarte los ojos y que se manifieste en forma de picor o en forma de visión borrosa. Por eso se aconseja utilizar gafas de sol homologadas.
Exfolia tu piel
Uno o más días antes de tomar el sol debes exfoliarte la piel. De esta forma eliminarás las pieles muertas. Las células se desprenden de tu piel dejándola limpia y facilitando la entrada de los rayos solares. Así evitarás que al ducharte después de tomar el sol la piel muerta caiga y con ella caiga también tu moreno.
Utiliza protector solar siempre que estés al sol
Cuando empiezas a tomar el sol la piel se encuentra más sensible de lo normal y el factor de protección debe ser +50. Nunca utilices un protector solar menor a 15.
El protector solar uniformiza el bronceado, hidrata la piel y la síntesis de melanina es más gradual. Pero cuidado, no debes aplicarla sólo una vez al día. Debes echarte crema aproximadamente cada dos horas. Y aplícala para cualquier actividad que vayas a realizar al aire libre. El sol no afecta solo en la playa o en la piscina.
Los bronceadores no suelen tener apenas protección. Una exposición al sol intensa y con poca o sin protección provoca que la piel no sintetice la melanina y no se ponga morena. Tu piel se quemará hasta caerse y quedar totalmente sin ningún moreno.
Esta es la pauta más importante para saber cómo ponerte morena sin dañar tu piel.
Hidrátate
Bebe agua con frecuencia. Pero no sólo te hidrates por dentro, hazlo también por fuera. Date un baño y refréscate.
Es muy aconsejable hidratar tu cuerpo con crema o after sun después de la exposición al sol. Intenta hacerlo después de ducharte porque tus poros estarán abiertos y tu piel absorberá mejor la crema. Para esto es una buena opción usar aloe vera.
Toma el sol con cabeza
El tiempo de exposición al sol debe de ser entre 10 y 30 minutos al día y evitando hacerlo entre las 12 y las 16 horas. En estas horas los rayos de sol tienen más incidencia y es más fácil que nuestra piel sufra daños.
No te confíes y ten esto en cuenta los días nublados. El sol también penetra en tu piel estos días.
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